martes, 18 de enero de 2011

Te puedo contar


Te puedo contar de dónde me nace el amor por los animales, pero prefiero no decirte. Prefiero guardar ese recuerdo para mi y expresarte hoy cómo me siento cuando veo un perrito en la calle con hambre, sucio y mojado. Te quiero describir lo que mi corazón siente cuando miro esos ojos, llenos de miedo e incertidumbre.
Te puedo decir cómo mi corazón se estremece solo de imaginar que no dormiré en la noche pensando en él. No dormiré pensando en esos ojos tristes que me conmueven, me impresionan, me perturban, y me hacen sentir culpable; es algo que me “remenea” los sentimientos maternales y hace que yo frene el auto en medio del tráfico -acompañada de mis tacones altos-, y lo rescate.

Esos sentimientos hacen que desvíe mi ruta hacia el trabajo -al cual ya voy tarde- y que me dirija a la veterinaria más cercana. Para mi, es imposible frenar esta acción… es imposible no parar tras ver sus cuerpos abatidos, mugrientos y vencidos por la batalla diaria que viven.
Miro sus ojos y veo sus almas.

El papa Juan Pablo II se consideraba una persona sensible con el sufrimiento de los animales, y declaró que los animales son poseedores de un alma -cosa que antes la misma iglesia les negaba- y proclamó que
"los hombres debemos amar y sentirnos solidarios con nuestros hermanos menores". Él llegó a decir que todos los animales son "fruto de la acción creativa del Espíritu Santo y merecen respeto" y que ellos están "tan cerca de Dios como lo están los hombres" porque los une la creación del "soplo divino" de Dios. ¿Y entonces? Si perdemos la capacidad de responder al sufrimiento de los animales, ya no somos dignos de su amor; y cuando los miro, veo en ellos el amor y el perdón de Dios.

Te puedo contar de dónde me nace el amor por los animales, pero prefiero contarte cómo me RENACE… cada vez que miro sus ojos.
¿Qué sientes TU?

Escrito enviado por Karla Lama

1 comentario:

carolly dijo...

yo diria que son unos seres tan especiales que nos enseñan lo que es el verdadero perdon, que a pesar de los maltratos siempre les queda amor para dar, capacidad de la que lamentablemente carecen muchos humanos... me encanto este articulo, personas como usted quedan pocas, mi respeto y admiración ;)